Château Fleur Cardinale 2018

Un documento catastral de 1819 revela la existencia de parcelas de viñedo y edificaciones en el lugar denominado “Thibeaud”, donde se ubica la actual bodega. La primera evidencia de una finca que produce su propio vino aquí se remonta a las décadas de 1920 y 1930, se llamaba "Clos Bel-Air" en aquellos días.
 
La finca debe su nombre actual a Jean-Louis Obissier, hijo del alcalde de Villerouge-Termenes que compró Clos Bel-Air en 1975. Se dice que la familia Obissier poseía caballos de carreras en ese momento, con los nombres de Fleur y Cardinale. Después de la muerte de sus caballos de carreras, el Sr. Obissier cambió el nombre de la finca a Château Fleur Cardinale.
 
Para 2001 los nuevos propietarios comenzaron con cambios estratégicos, entre esos cambios, decidieron contratar a su vecino, Jean-Luc Thunevin, como consultor. Definieron inversiones prioritarias en el viñedo, adquirieron nuevos equipos y pronto decidieron construir una nueva bodega, inaugurada en 2002, que les permitió realizar la fermentación parcela por parcela.
 
Todos estos cambios y decisiones se vieron reflejados en 2006 cuando Château Fleur Cardinale obtuvo el rango de Saint-Emilion Grand Cru Classé.